19 Apr 2011

Una vez hace algunos meses en una de esas largas conversaciones telefónicas que solíamos tener mientras yo permanecía tumbada en la cama escuchando con una sonrisa de idiota tu voz al otro lado de la línea, solté como una boba "Oye, ¿qué te gusta más de mi?" Citaste muchas de las cualidades que dices tengo y que yo no encuentro pero sin embargo tú no me cuestionaste lo mismo y la respuesta quedó rodando en mi mente.

Si tuviera que elegir algo que me gustase de ti más que el resto sin duda serías tú, ¡Hasta el más mínimo y remoto átomo que compone tu persona! Hasta los últimos pensamientos o sentimientos. Me encantas porque justo eres tú. Estaría en un problema si me preguntases algo así porque... no podría evitar echarme a reír y soltar alguna oración sarcástica que hiciera así evadieses el continuar insistiendo. Por primera vez me dejarías sin palabras y si contestase, sabría que mi pregunta no te sería suficiente.

¿Qué me gusta de ti? Me gusta desde que te frotes ligeramente la mejilla cuando te aburres hasta que me pockees sin razón alguna y te repudie golpeándote en la misma espinilla de siempre. Me gusta que me mires como si yo fuera el más famoso cuadro de un renombrado museo hasta fundirte en mi mirada y avergonzarme haciendo que te insulte y me muera por dentro. Me gusta... que me roces con los dedos con tanto cuidado como si fuera a romperme y que esperes hasta el más pequeño de mis detalles. Me encanta que digas que no eres frágil y que yo también te lo diga y al rato, acabemos abrazadas y llorando como idiotas. Me gustan tus besos, claro; como tu lengua busca infraganti la mía y yo te complazo abriendo la boca. Me gustan tus ojos de color avellana como los míos, porque sé que en ello siempre existirá ese brillo de esperanza.

Me gusta que seas como un niño, que siempre por ese motivo acabe por quejarme y mandándote a callar y yo me ría. Me gusta cuando te enfadas, cuando me río y no puedes evitar soltar una carcajada y olvidar los problemas. Me gusta cuano me llamas, con esa vocecilla que siempre espero escuchar hasta en la última parte de mi alma. Me gustan tus labios, aún si se queman en inviernos adoro repasarlos con la lengua para humedecerlos levemente. Me gustan tus celos, aquellos que hacen que el entrecejo te forme arrugas en la cara cuando te digo que alguien me ha guiñado un ojo por la calle. Me gusta tu sonrisa, porque claro; ¡Cómo no amarla! haría cualquier cosa porque siempre sonrieras.

Me gustan muchas facetas tuyas, las buenas y sobre todo las malas. Porque me doy cuenta de que estoy ahí, que tú estás conmigo y podemos ayudarnos. Que estamos juntas, que nos amamos.

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