- Back to Home »
- Insomnio.
8 Jul 2012
Ayer, igual que hoy y como viene pasándome desde hace dos años, tengo mucho sueño; pero no puedo dormir. Me he levantado temprano sin pegar ojo en toda la noche y me he sentado en el sofá rojo de cuero desgastado de siempre. He mirado tres horas fijamente hacia el techo y finalmente, cuando ha sonado la alarma me he levantado, duchado y hecho un té de cebada y orégano.
Hoy, como viene pasándome desde hace dos años, tengo insomnio.
Cuando tienes insomnio la vida pasa a tu lado como una desconocida vestida de blanco, los días se suceden sin que te des cuenta, olvidas las cosas que pasan a tu alrededor y te cuesta mucho concentrarte, además de tener la mayor parte del tiempo, un humor de perros.
Sin embargo no me siento cansado.
Me levanté y me miré al espejo después de quitarme un pijama de rayas y lleno de agujeros. Había perdido mucho peso en los últimos años.
Debí tener la mirada mucho tiempo ocupada en el reflejo, porque cuando me di cuenta de que seguía ahí parado y sin hacer nada, sentí un dolor en el estómago que se mudó a algún lugar de mi pecho.
Yo recordaba muchas cosas en noches como aquellas, que sin duda eran largas y se postraban despiadadas para mí. Tratando de ocupar mi mente con algo, sólo recordaba. Me venían a la cabeza muchos momentos y muchas personas. Los lugares que había visitado y lo mal que me sentía respecto al mundo. Había veces que recordaba un poco de ella también y aunque era difícil; pues a penas ya podía recordar su cara, aún provocaba en mí la misma sensación que cuando la conocí, debió haberme causado.
Debí tener la mirada mucho tiempo ocupada en el reflejo, porque cuando me di cuenta de que seguía ahí parado y sin hacer nada, sentí un dolor en el estómago que se mudó a algún lugar de mi pecho.
Yo recordaba muchas cosas en noches como aquellas, que sin duda eran largas y se postraban despiadadas para mí. Tratando de ocupar mi mente con algo, sólo recordaba. Me venían a la cabeza muchos momentos y muchas personas. Los lugares que había visitado y lo mal que me sentía respecto al mundo. Había veces que recordaba un poco de ella también y aunque era difícil; pues a penas ya podía recordar su cara, aún provocaba en mí la misma sensación que cuando la conocí, debió haberme causado.